Hace tres años murió mi madre. Fue un hecho devastador para mí. Todavía en algunas ocasiones el dolor "sin nombre" regresa, y es que perder un ser querido a veces no se puede describir. Claro tuve momentos especiales con mi madre, mi padre. Se me vino a la imaginación, tomar un té juntos y reirnos de cosas... pero lamentablemente, solo es un pensamiento. Y en muchas ocasiones son estos pensamientos los que nos hacen malas jugadas. Mientras trabajaba en un proyecto mi hija entró al despacho y comenzó a tomar los objetos que tenía en la mesa, y se puso a jugar con ellos. Abby, es muy uraña conmigo, cuando quiero jugar con ella, así que he aprendido a aprovechar el tiempo cuando ella lo quiere. Pero mientras estaba afanado escribiendo me puse a pensar en que pasaría si yo hubiera tenido el tiempo suficiente con mi madre y.... y .... y recordé que eso ya no pasará. En esto estaba cuando Abby se aburrió de jugar sola y se marchó: "Adiós papí". De verdad dolió en el corazón. Y me dí cuenta en ese instante que justamente estaba haciendo lo opuesto a lo que tanto anhelo. El pasado ya fue y no regresará, pero tenemos el presente y a nuestras personas a las que hemos decidido amar. Importa mucho el tiempo aunque sean solo unos minutos cambiará la perspectiva de vida. Haz la diferencia.
Dr Tony Ramirez